jueves, 29 de abril de 2010

La sentencia del vocablo

Para ella que me dijo que era
pura palabra.



La luz te ha tocado,

cuando los brazos caen por la rutina,

cuando las cabezas caen en los brazos;

no acepto el tacto,

no espero que el alba me impida.



Noche tarde,

nos conectamos,

y encuentro voces en mí,

y acomodo nuestro diálogo,

deja de ser tarde,

y me brindas tus ojos a oscuras

y quiero extender mi mano.



Eres la debilidad de la noche,

te concentras en lo eterno:

a partir de unas letras

le das la naturaleza a los recuerdos.



Era una sentencia, el viento.



Serán mis palabras las que cambien o será el silencio;

no sabemos,

no sabemos...
 

Oscar E. Donayre Gonzales
Lima, 29 de abril de 2010

2 comentarios:

VonHellstaker dijo...

Vaya, asociacion de poetas circunstanciales, que nombre tan mas original, muy buen poema, me sentí identificado con la primera frase

José dijo...

Chévere, amigo. No dejes de visitarnos de vez en vez.

Saludos.