domingo, 10 de octubre de 2010

Plata

Tu historia es un reflejo
del valor y de la gloria,
tu espejismo, una estatua de un perdido desierto.

Te veré siempre como una hermosa daga,
que es un espejo,
que es la otra muerte y la misma dama.

Ya no es mi piel, tu tentación reclama.
Eres la noche de los metales,
el infinito que me acompaña.

Mi rostro descansa las pupilas,
y otros rostros me dejan,
es otra noche de luna
que despide el fiel mar rojo.


Oscar E. Donayre Gonzales
Lima, 10 de octubre de 2010

Dos sueños y otro (menos)

Qué es el sueño sino una pesadilla.
Su naturaleza es desconocida;
es una cruel maravilla
de mil años de tormento.

Se le han susurrado dignos poemas,
se le han entregado válidos versos;
pero son más los hombres, hartos en secretos,
los que se han perdido en su beso incierto.

De la noche no temas, ni siquiera de lo eterno;
huye de la multiplicación de las imágenes,
del laberinto que te hace otro,
de la luz que te muestra un rostro perpetuo.

Solo Dios se privó de los ojos,
de los párpados,
los días y los sueños.
A nosotros, que nacimos de su sueño no soñado,
nos queda soñar y darle uno solo.


Oscar E. Donayre Gonzales
Lima, 10 de octubre de 2010

sábado, 9 de octubre de 2010

Mentiras

I

Sutil se manifiesta la mentira,
los hombres disfrutan de su ventaja;
el nombre desaparece, rebaja
las vidas pasadas. Se abre una herida.

La justicia, el orden, ya no respiran,
la atrocidad de un instante destaja
(permanece la flecha en la sonaja)
el lazo, el significado, la vida.

El hombre no merece la palabra.
El mudo sabe el lenguaje que labra,
no sueños o máscaras, sino una voz.

Es Dios quien se apiada al no mencionarnos,
de sus libros tendrá que separarnos:
nos manda al Verbo, concede perdón.


II

Existió un árbol que fue una advertencia,
espejo de nuestra naturaleza.
El hambre es fruto de rara certeza,
¿será la semejanza una sentencia?

¿Será la imagen una subsistencia?
la saga de su libro cruel empieza,
es la génesis soberbia destreza
y el apocalipsis su tenencia.

Lo siento Eva, no pude detenerte.
El paraíso tuvo dos serpientes,
tortura que una calle para siempre.

Resulta que tu luz es divergente,
dos o más y tu nombre permanente...
¡Qué hacer con Dios cuando es tan diferente!


Oscar E. Donayre Gonzales
Lima, 09 de octubre de 2010.