Tu historia es un reflejo
del valor y de la gloria,
tu espejismo, una estatua de un perdido desierto.
Te veré siempre como una hermosa daga,
que es un espejo,
que es la otra muerte y la misma dama.
Ya no es mi piel, tu tentación reclama.
Eres la noche de los metales,
el infinito que me acompaña.
Mi rostro descansa las pupilas,
y otros rostros me dejan,
es otra noche de luna
que despide el fiel mar rojo.
Oscar E. Donayre Gonzales
Lima, 10 de octubre de 2010
domingo, 10 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario