sábado, 9 de octubre de 2010

Mentiras

I

Sutil se manifiesta la mentira,
los hombres disfrutan de su ventaja;
el nombre desaparece, rebaja
las vidas pasadas. Se abre una herida.

La justicia, el orden, ya no respiran,
la atrocidad de un instante destaja
(permanece la flecha en la sonaja)
el lazo, el significado, la vida.

El hombre no merece la palabra.
El mudo sabe el lenguaje que labra,
no sueños o máscaras, sino una voz.

Es Dios quien se apiada al no mencionarnos,
de sus libros tendrá que separarnos:
nos manda al Verbo, concede perdón.


II

Existió un árbol que fue una advertencia,
espejo de nuestra naturaleza.
El hambre es fruto de rara certeza,
¿será la semejanza una sentencia?

¿Será la imagen una subsistencia?
la saga de su libro cruel empieza,
es la génesis soberbia destreza
y el apocalipsis su tenencia.

Lo siento Eva, no pude detenerte.
El paraíso tuvo dos serpientes,
tortura que una calle para siempre.

Resulta que tu luz es divergente,
dos o más y tu nombre permanente...
¡Qué hacer con Dios cuando es tan diferente!


Oscar E. Donayre Gonzales
Lima, 09 de octubre de 2010.

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