domingo, 20 de julio de 2008

"Historia de primaria"

Yo hice una historia al verla.
Al recordarla volví a fumar.
Y fui constante e irresponsable,
literalmente como un otoño quebrándose en la tarde de los trenes.

Sin embargo, no escribí nada aquellos días,
nada en la última página del cuaderno,
nada en las notas de amarillo enérgico,
ningún número en la libreta negra,
ningún mensaje mandado por correo;
mis manos se empolvaron,
se agrietaron mis maletas,
el lapiz fue un espejo solitario,
el dolor estos días no hizo la limpieza...

Di un paseo en la madrugada con zapatos sin respuesta.

Y la historia fue una aventura en la penumbra del silencio,
un juego desinhibido del rincón egoísta de la mente.
Sus libros sufrieron de amnesia,
mientras que mis labios fueron cocidos por los hilos del sufrimiento,
cada milímetro de la herida no tiene culpa,
cada gota roja se la entrego...

Fue suficiente,
su espalda,
su cuello,
ella me inundaba con aire los movimientos;
ella sin moverse,
yo sin saberlo.
Llevo conmigo lo suficiente,
la noche y sus ojos;
al alejarme,
le doy los míos desde la esquina intermitente
¡cómo describe sin mover la boca, la dulzura y
el envenenamiento!

No vi pasar a la mañana...

Pero la vi de nuevo
y los nombres de los niños vinieron a mi mente,
sabía tan solo un apellido,
un colegio y un vientre.
Pero volví a fumar,
y esta vez con vino
y fui constante e irresponsable que no recuerdo haberla conocido...



Oscar E. Donayre Gonzales
Lima, 21 de julio de 2008

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