miércoles, 13 de agosto de 2008

"9"

Esa,

era capaz de besar tus heridas

para verlas sangrar,

sus labios como una inversa trampa para osos acechaban sobre la almohada

mientras que su falda quedaba atrás;

si en una noche fría invitaba un trago de vino

era en la mitad

de la mitad del mar,

si alguna vez lloraba cual magdalena

te ofrecía una cruz

para que decidieras en qué religión querías estar...



Sin embargo, tenía cosas buenas.

Ese par de cosas...

pequeñas, semi-europeas creo.



Ella,

te ofrecía la más dolorosa tarifa (4 estrellas):

lágrimas

o

pañuelos y demencia.

Su voz perfora el tiempo,

su recuerdo no tiene arrugas,

su marcha es aún verde, pareciera que madura;

tiene veinte y uno

y dos

y tres

y cuatro

y cinco

y seis...



(diplomas y Nerudas)



Esa.


Yo le llamaría puta

con el respeto de ellas,

a su corazón.



Lima, 13 de agosto de 2008

Oscar E. Donayre Gonzales

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wee, Jorge Amado decía que nunca encontró más amor que en un burdel. La vida nos enseña que es verdad.