jueves, 9 de octubre de 2008

"Parte de ti"

¡Oye tú,

deja de decirle a Dios lo que debe hacer!



Escucha la sangre de la tierra,

ella no asusta a nadie,

perdona mientras corre;

pero no la hieras con la tuya,

tampoco la manches con la nuestra

que en la última puesta de sol

un segundo de reflexión que ocurra,

la testigo de tu carne caída te recibirá

haciéndote una casita en su barriga, sin mucha altura.



La locura es el crepúsculo interior,

un refugio empolvado y equitativo de nacimiento.

Hace tanto que no la veo. La imaginación me llevó a otros labios.

Hace tanto que no me invento motivos diversos.

Todavía logro verme en el espejo

sigo sosteniendo su frágil bufanda.



Hay ocasiones en las que me pregunto si

el que recuerda es el que lleva la filosofía,

las interrogantes y los límites en una personal ordalía.

Pensar es como jugar con una daga en la mano

y avanzar,

y correr,

y saltar pensando que cada vez

se puede llegar más alto.



Me hieren, luego existo, quiero decir que dicen...

Empero, después de haber amado,

sigo haciéndolo a una distancia que imposibilita la calma.



Existen ojos para cada persona,

ojos ajenos,

ojos que valoran,

que detienen su búsqueda en la ciudad,

que logran desaparecer su dolor,

que gimotean con voz de papel y reflejan claveros.

Traté mal a mi paz

y no saludé a las estrellas como lo hacía en mi niñez,

todo es tan fugaz.



Quisiera besarte.



¡Capuchinas a tus pies!



No quiero mi piel con libertad.

No quiero mi voz en un escenario.

Extraño tus caricias,

extraño tus distracciones en mis labios,

extraño tresañal,

lo estático que se hace aceniza.



Los ecos se expanden,

vuelan y nadan;

y yo solo puedo arrastrar mis propias acusaciones.

Tengo varios libros viejos que he vuelto a leer,

desconcentrado quisiera estar para fundamentar mi ausencia de respuesta;

ninguno me sirve, ninguno me ayuda;

los sembré en el alma mía

pensando que encontraría una manera de recuperar mi pasado,

pero cada letra, cada párrafo

es inútil en mis días.

Decidí buscar en las librerías,

unos buenos.

Grandes libros,

grandes hombres;

pero hoy,

hoy no logro encontrarlos.

Tal vez mañana publiquen cosas de más sentido.



Y volví a darme vueltas por las esquinas

y frené a lanzar un par de aviones verdes a las cajas.

Me llevé 3 obras muy bien empastadas

y en las noches respectivas con ellas aprendí a soportar

las mañanas solitarias.


Hoy me siento como la evolución de Gonzales Prada,

como Vallejo,

con los indios al galope,

con apetito de justicia;

hoy necesito lo que merezco, lo que fue poderosamente mío.

Hoy mis ojos funcionan por el lado oscuro,

son lucernas autónomas.



Puedo tenerlo todo cuando cierro mis ojos.


Hoy ella viste camisolas,
se ve más radiante como cuando tenía su pancita.
La acompañan su hija y su amor
(acepto con lamento).
A diferencia de la tierra, ella ganó una sonrisa,
se purifica mientras aprende el oficio que proyecta la vida;
la tierra me acogerá en su vientre
pues ya no puedo acurrucarme en sus brazos de mujer.


----

6 meses después (supongo que lo siguiente...)

----

La veo jugar

e imagino que así lo hacía su mamá.

Quisiera darle un beso en la frente como si fuera mía.

Cargarla y ayudarla a deslizarse por el tobogán...


Necesito.













Oscar E. Donayre Gonzales

No hay comentarios: