domingo, 19 de octubre de 2008

Una distracción ínterin (statu quo)

A veces suelo imaginarte sola
cuando sé que no lo estás.

Amparo la ilusión de que pronto me darás un par de afirmaciones mientras al verte, enfermo de catalepsia leve.



No me refiero solo a encorazonar imágenes o
glasear con trazos encurvados las hojas blancas, sino a encender la violeta lamparilla de mi alcoba pensando que se multiplican tus lecturas detrás del cristal, que anda noctívago tu calor por mi ruta, que tu esfuerzo es tranquilo e inmerso en una rescatable soledad.

A veces te comprendo.

Y se me concentra la energía en el silencio porque vaya nochecitas son las que te sueño, cuando son de frío puro y nadie lo sabe, cuando soy uno al cubo, cuando hay demolición en el tiempo.

Recorremos a las fotos amarillas, a releer cartas de simulacro o libros de presumir, hacemos aparecer la R en el vehículo otra vez. Pero no esta noche, hay prohibición de retroceso; esta noche vencerás el miedo a la oportunidad, dejarás la macocoa con tu mascota, pues ella sabrá que hacer.

A veces el silencio se escucha.

Porque el silencio es el grito más desesperado de la raza humana, el cumpleaños del lenguaje.

Yo puedo verte mientras que tú solo me escuchas, no es necesario estar frente a frente o tomarnos de la mano, es preciso sentirnos amados cuando se internan las enfermedades o cuando se siente haber escrito una historia en el viento de verano.

Yo te digo que mires la luna y tú me respondes que cierre los ojos... es como debe ser,
como somos.

Los besos se deben naturalizar,
y nosotros debemos besarnos.




Oscar E. Donayre Gonzales

Lima, 19 de octubre de 2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Broder que buenos poemas alucina, sigues con el tokee jajaja

Anónimo dijo...

jaja era yo :P