miércoles, 2 de abril de 2008

Abismos

Para Verónica
móvil de sed, su servidor.
Y con estos giros babilónicos,
los costados del día caerán desvestidos,
probablemente más que ayer.





Me coges con tus vísceras
no habiendo apagado las copas,
me enredas la sangre bravia.
Despacio,
incluso hoy
se esconde mi latido pesado.
El suelo se aleja más de mi enojo elitario,
guarda llena
la luna de lágrimas
mi prosa selecta
para una María que llora hambre
de insistencia.

Sobresaltados embisten mis párpados
los cuadros oscuros de túneles tristes,
donde se une la sombra con el deseo y la oscuridad con la noche,
ahí aparece la salida
camuflada de setiembre
y oprimiendo su nombre.

Pero tú cargas mis gotas subrepticiosas.

Repentinamente me da miedo el aire,
trae consigo humillación;
yo nada consigo respirando de este horno antiguo,
nada consigo lamentándome.

Dándote la vuelta, transformo mi secreto...

Es mi movimiento humillarme,
tal vez en otra galaxia mi locomoción sea un ruiseñor forajido!


Oscar E. Donayre Gonzales
Lima, 03 de abril de 2008

No hay comentarios: